Llegó a tener una auténtica granja de mujeres con fines de explotación reproductiva y sin atención médica, mujeres embarazadas secuestradas y hacinadas en condiciones infrahumanas. A una de ellas incluso se le implantó un embrión con esperma infectado de VIH sin su conocimiento. El caso de Lilly Frost es uno de los más nauseabundos del negocio de los vientres de alquiler en todo el mundo. Tras años de escándalos y denuncias, usando nombres falsos y abriendo y cerrando clínicas, el FBI ha detenido, por fin, a la que fuera la cara amable de la gestación subrogada en EEUU y México acusada de robar cientos de miles de dólares, de fraude y de trata de personas. En el momento de la detención sufría una sobredosis de ketamina y fentanilo. Crónica Libre entrevista en exclusiva a una de las primeras personas en denunciar un negocio fraudulento de una práctica criminal.